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MARRUECOS

MARRAKESH, DESIERTO DEL SAHARA & ESSAOUIRA

En marzo de 2018 visitamos este país, en el que tuvimos ocasión de probar su sabrosa gastronomía y cumplir uno de nuestros sueños: dormir en pleno desierto del Sahara. Recorrimos hermosas carreteras acompañados de nuestro conductor y nuestro guía, ambos Bereberes, raza que habita desde hace siglos el norte de África.
Visitamos además dos de sus ciudades más turísticas: Marrakesh, conocida por su frenética actividad y espacios monumentales y Essaouira, ciudad pesquera donde degustar frutos del mar de la mayor de las frescuras.

Arrancamos nuestra aventura marroquí en Marrakesh, ciudad ubicada en el centro sur del país al pie de la cordillera del Atlas, que cuenta con un millón y medio de habitantes aproximadamente. Sus calles son estrechas y ubicarse resulta complicado, mercados con artesanía, especias, mazapanes típicos y encurtidos invaden sus rincones por los que resulta muy agradable pasear. En la última imagen de la galería podéis ver cómo se extrae el valoradísimo aceite de argan del fruto mediante el prensado tradicional.

La próxima parada fue el Palacio de El Badi, edificado a finales del siglo XVI por el sultán Saadí Ahmed al-Mansur para celebrar la victoria sobre el ejército portugués en 1578 en la batalla de los Tres Reyes. Más de 360 estancias de las que a día de hoy se conservan únicamente una gran explanada plagada de naranjos y algunos muros en pie, y es que el Sultán Moulai Ismail utilizó materiales de este completo para la construcción de la ciudad imperial de Meknes.

La gastronomía marroquí es rica y variada. Los cítricos son de gran calidad, así como las aceitunas de las que hay infinidad de variedades.
Los platos típicos que tuvimos ocasión de probar fueron numerosos: La Harira, una sopa tradicional elaborada a base de carne, tomates y legumbres, la Tangía que consiste en cocinar cordero en un recipiente enterrado en el suelo y servirlo con limón encurtido, y el más conocido de todos, el cuscús: un plato tradicional bereber hecho a base de sémola de trigo, verduras, garbanzos y carne roja.

Otra de las actividades importantes del país es el trabajo de la piel, los curtidores. Hay todo un barrio en Marrakesh dedicado a este oficio ubicado al norte de la Medina (casco antiguo). No es un lugar que visiten los turistas habitualmente, el olor es muy fuerte y los recorridos hasta encontrar los secaderos de piel laberínticos y estrechos. Para nosotros fue una de las experiencias más auténticas que vivimos en Marruecos. Empresas como Zocco Handmade colaboran con mujeres que se dedican al trabajo del cuero creando un vínculo real entre el producto final y la artesana que lo ha elaborado. 

Siempre habíamos querido experimentar lo que se siente al dormir en el desierto: dormir bajo ese cielo estrellado y vivir las frías noches Saharianas. El Sahara es el desierto que ocupa al norte de África aproximadamente una superficie equivalente a la de todo Estados Unidos (más de 9 millones de kilómetros cuadrados) y algunas de sus dunas pueden alcanzar hasta 193m de alto. Pasamos la noche en un campamento de jaimas y recorrimos algunas de sus dunas en jeep acompañados de nuestro conductor y guía con los que hicimos una gran amistad y pasamos momentos francamente divertidos!

Los viajes en carretera nos permitieron disfrutar de enormes contrastes, y es que en distancias no demasiado largas el paisaje desértico se vuelve húmedo y verde, se llena de campos de cultivo y permite en la lejanía entrever la cordillera nevada del Atlas que tiene una longitud de más de 2400km y cuya cima más alta alcanza los 4167m. Puestos de venta de cerámica y artesanías varias nos acompañaron a lo largo de todos nuestros trayectos.

Y seguimos con el comer. Las ensaladas fresquitas con pimientos de colores son un entrante muy habitual, también las brochetas de pollo o cordero asadas a la leña, o las típicas empanadillas triangulares rellenas de carne que se llaman Briouat. Plato estrella de país es junto al cuscus el Tahine: es un guiso de carne y verduras muy típico que lleva el mismo nombre del recipiente en el que se prepara (un cuenco cerámico con tapa de cuello alto abierta en el extremo). No perdimos la ocasión de catar vino elaborado en Marruecos que confesamos nos sorprendió gratamente!

Parada imprescindible es la ciudad de Essaouira, ciudad portuaria y turística situada en la costa atlántica de Marruecos que cuenta con casi 80000 habitantes. Su medina está protegida por importantes murallas que fueron diseñadas por ingenieros europeos situadas frente a la costa. Mercados con alfombras y artesanía plagan sus calles aunque la zona más característica es la del puerto donde es un verdadero espectáculo ver la descarga del pescado fresco que el cliente compra y porta después a uno de los restaurantes cercanos para que se lo cocinen.

– TATA –