Viajamos a Japón, como siempre con mochilas en mano. Año de 2017 en el que tuvimos la oportunidad de recorrer bastante del sur del país durante 18 días. Con el Japan raíl Pass, un pase que da acceso a varios trenes y autobuses, y ayuda mucho a los turistas exploradores como nosotros. Un destino sin duda sorprendente, de grandísima tradición, historia y espectacular gastronomía.
ありがとう
Nuestra primera parada es Kanazawa ubicada en la isla de Honshu hoy con más de 450.000 habitantes. Su imponente estación de tren nos dio la bienvenida con una enorme representación de un Torii, construcciones que unen lo divino a lo terrenal en la religión xintoísta. Los ríos Asano y Sai rodean esta ciudad contrastes que tiene uno de los puertos pesqueros más imponentes de Japón.
Visitamos el Mercado de Kanazawa. Cientos de variedades de mariscos, recién pescados, encurtidos, secos, verduras fermentadas… ¡Ostras de tamaños abismales! Setas frescas y wasabi de sabor fresco y nada picante comparado al que conocemos. Para su mejor provecho se raya con un rallador hecho de piel de tiburón.
De visita obligatoria es el Castillo de kanazawa, que fue construido en 1585 Maeda y está ubicado en el distrito de Teramachi. Sufrió muchos incendios pero conserva algo de lo original. Impactante construcción con jardines impecables.
No muy lejos está el distrito de Nagamachi, donde todavía se conservan varías residencias de Samurais. Fuimos a la casa de la familia Nomura. Refinada arquitectura. Al pasar de una habitación a otra de esta casa, uno va descubriendo el estilo de vida de estos samuráis adinerados. Además está el tranquilo jardín con una cascada que cae graciosamente en un estanque donde viven los koi.
Lo más destacado a visitar en la ciudad de el Takayama es Hida Minzoka Mura Folk Village, una representación que expone 30 casas de la aldea japonesa tradicional trasladadas a su actual zona en 1971. Artesanos trabajan en las calles y talleres diversas técnicas como el mimbre o la madera. En toda la ciudad se construyeron canales de agua para cubrir las necesidades de los hogares y las estimadas fábricas de Sake. De visible pureza, provienes de los Alpes japoneses
y era utilizada también para elaborar el misô: Un fermentado de soja, semillas, cereales y sal marina muy apreciado y consumido en todo el país como base de la alimentación.
¿Qué comidas y platos nos han sorprendido en este viaje? Aquí os dejamos algunos ellos: Bowl de cangrejo con arroz, y seguido la versión de pescado crudo. Dulces a base de huevo al estilo tradicional, a en la siguiente foto podéis ver un industrial (no tenemos muy claro de qué estaba hecho la verdad…) también son muy típicos, en la imagen verduras encurtidas al vacío, y para terminar un imprescindible: ¡El menú del tren! Pone un poco los pelos en punta a cualquier cocinero que haya probado algo de la magnífica cocina Japonesa…
– TATA –